EL VOTO VOLUNTARIO E INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA:
Según los estudios conocidos sobre esta materia, se debe creer que entregan ciertos antecedentes de incalculable mérito a la hora de generar una posición respectiva sobre el asunto. De ellos se afirma que un sector o porcentaje importante del electorado se autoexcluye en el supuesto que sea voluntario. Y que, el porcentaje más significativo vendría de los sectores menos ilustrados de una nación cualquiera, serían sectores correspondientes a estratos de conformación económica vulnerables, como son precisamente los suburbios marginales y en general todo aquel que dado su nivel de subsistencia no se autosatisface en el sistema.
Según esta lógica, La actitud sicológica que produce el descontento enajena, la visualización de la riqueza externa enajena, el éxito proclamado o publicitado enferma y despierta bajos instintos cuando en lo personal la situación se ubica en el extremo opuesto de la oscilación socio.económica. Siguiendo la secuencia de efectos mentales podríamos sostener que la inmovilidad de la actitud colectiva de grandes conglomerados de personas radica en la disconformidad del orden forzado y aceptado como normalidad funcional de un sistema dado y por tanto, no sería erróneo enrostrar esta realidad metafóricamente diciendo que la esperanza que motiva aliento se quema en este fuego permanente de inmovilidad social de los estratos sin futuro, y por acto inmediato se engendra despreocupación por el arte político que se supone puede remediar la condición humana.
Bajo esta certeza hipotética que demuestran los estudios realizados sobre estas materias deberíamos concluir que es del todo obligatorio exigir imperativamente la concurrencia a las urnas para evitar su reducción de electores y democratizar el ejercicio cívico obligando la comparecencia de todos los fragmentos sociales que componen la sociedad.
Sin embargo, es menester otras consideraciones antes de emitir un veredicto satisfactorio como conceptualizar adecuadamente el ejercicio democrático de un ciudadano que debe estar más cerca de la libertad como concepto que a la pretendida imposición sobre el acto humano , por cuanto estas abstracciones se sujetan en justificaciones discutibles o más bien, en imprecisiones coyunturales. Sería preferible que la obligación ciudadana provenga desde la convicción interna que desde la obligación externa y sería más justo evitar el éxodo de amplios sectores sociales con políticas sanas que conmuevan el alma ciudadana efectuada con el método de la verdad y si es necesario con la purga, y la sangría de elementos indeseables que se enquistan en el aparato público de una sociedad y que en su devenir, impiden visualizarla como creíbles, esperanzadoras, sólidas y maduras para el aterrizaje de nuevos amaneceres de la conciencia. Esto significa que un estado debe antes de pensar en imposiciones legislativas sobre el voto obligatorio exigirse a si mismo, la recomposición moral y ética, que impide que a voluntad suelta de sus individuos se manifieste el interés por ejercer el sufragio y no sólo es más justo sino también, más práctico, porque la innovaciones auto-exigibles recaen sobre un sector más reducido, y de mejor armado intelectual para la comprensión oportuna, además, contiene la variable de reductos, que de alguna forma están
2
comprimidos en asociaciones de voluntades donde el bien colectivo podría alcanzar victoria reduciendo tiempos de batalla, aunque es válido recordar que existen vectores de fuerzas, a quienes les acomoda la marginación numérica de la participación, sin embargo se debe tener a consideración que algunos aspectos de la convivencia comunitaria se adscriben, se quiera o no, al proceso evolutivo del tiempo que arrastra evidencias que en otros tiempos permanecieron en el arcano secreto del ejercicio de poder y que en el presente han perdido su antigua eficacia de dominación como la idiotez popular inducida por conciencia plena de los gobernantes.
La tesis aquí expuesta podría acusar poca viabilidad, incluso, ingenuidad al examen del modo y herramientas impuras con las cuales se construye poder político, ya que no pocos, armados con el filo de estas impurezas alcanzan las cumbres burocráticas del estado y mantienen a efecto de la misma causa el rango y la granjería. Y sin embargo creo, que no es del todo una utopía pensarlo, puesto que la información general está disponible de manera pasiva y no es exigible la voluntad de sacrificio informático o activo para acceder al conocimiento de las cosas como lo era en el pasado el latoso libro, que exigía tiempo y dedicación para conocer verdades y alimentar la mente para habilitar su mejor comprensión, hoy es suficiente con descansar pasivamente frente a un televisor o pantalla de internet para obtener realidad de la realidad y por cada segundo en que se construye una mentira corre en paralelo el virus destructor del mal relato.
Permitir la voluntariedad del voto se aproxima más a los tiempos modernos en que el destino personal se asume con aporte directo y exclusivo de la individualidad, más que con la externalidad de las ofertas generales, y es en esta jactancia de reconocerse ser, en donde se ha roto la estimulación verbal dejando sin efecto su antiguo oficio de conmover y movilizar a sus oyentes, y de ahora en adelante será obligatorio para conseguir seguimiento el reparto objetivo de beneficios entre los muchos, que por verse tratados como virtuales no se involucran en el acontecer común, tal cual, ha ocurrido con la formación de adictos a los grupos gerenciales en nuestro tiempo.
Bajo esta nueva dinámica del desarrollo humano me permito proponer la sustentación del eje de la exigencia en las superestructuras por sobre los imperativos legales a conglomerados humanos que a su presente desencanto no presentan motivación suficiente para involucrarse en los quehaceres políticos de las urnas.
Quizás en los inicios defectuosos de la votación libre se observe las falencias denunciadas por los estudios antes mencionados, pero, serán corregidas paulatinamente por exigencia propia de las circunstancias históricas y las instituciones responsables no podrán justificar su existencia sino concitan la aprobación popular de su momento, dada, la velocidad de los tiempos que no permite eternidad de los errores; y asistido por este paradigma del cambio, lejos de la lentitud del pasado, lo original y lo nuevo pujarán y pujarán , hasta parir su huevo fresco.
pedroparedesleiva@hotmail.com 11/1/2010 puerto natales
voto voluntario
lunes, 8 de febrero de 2010
Publicado por
Marel
en
22:47
Etiquetas: articulos, patagonia insolita ultima esperanza
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario!